Hoy por hoy, los nacidos o vecinos de los fraccionamientos residenciales aledaños a Ciudad Satélite tienen un profundo arraigo a su comunidad. Se identifican con los espacios urbanos que han rodeado sus vidas desde la infancia e, incluso, vuelven a estos con nostalgia y evocación una y otra vez.
Una comunidad alrededor la obra de Barragán
Las Torres de Satélite –una obra que conjuga la arquitectura con la escultura, creación de Luis Barragán y Mathias Goeritz– dieron origen al desarrollo urbano de esa zona, conurbada a la Ciudad de México. Se inauguraron en 1958; a partir de entonces y hasta hoy, alrededor de estas creció una identidad común.
La idea era edificar un símbolo visual de Ciudad Satélite, zona habitacional diseñada por Mario Pani. Fue así como se dio lugar a las cinco torres de concreto, de planta triangular y diferentes colores y alturas, que pueden apreciarse desde lejos y cuentan con un efecto visual de movimiento.
Luego de esto vinieron desarrollos habitacionales en los que participó Luis Barragán, como Verdín y Las Arboledas, donde se encuentran Paseo de los Gigantes, la fuente Los amantes y la fuente de El bebedero.