Argeo Mondragón, Darío Meléndez e Idalid Castillo son artistas que utilizan el fuego y su efecto como técnica para mostrar su propuesta artística. Esta peligrosa forma de pintar requiere de protección física para ejecutarla, además de nervios templados y concentración contemplativa que ellos definen como “estados meditativos”.

En el acto de incendiar los lienzos existe una pulsión de muerte. Las llamas arden, los materiales se resisten, pero luego ceden a los colores característicos de la quemazón: gris, negro, ocre… Y poco a poco se originan figuras, que emergen de la madera y del humo.

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