Cada año, entusiastas del arte de todo el mundo, de lugares lejanos y poco relacionados con México, visitan nuestro país para ver la grandeza del muralismo mexicano.
Gracias a los murales nos descubrimos cotidianamente como lo que somos: un pueblo mestizo, complejo, festivo, fascinante, lleno de contradicciones y en pie de lucha. Es por ello que despiertan el interés y la mirada de propios y extraños; de los académicos más renombrados del mundo, y de las revisiones artísticas más profundas como la del Whitney Museum of Art.