El primer hijo de la familia Van Gogh nació muerto exactamente un año antes de que el pintor viera la luz del día por primera vez. Su madre le puso a Vincent el mismo nombre de su bebé perdido, quizá con el afán de honrar de alguna manera a esa criatura.
Parecía marcado por la tragedia y el fracaso. No pudo continuar la carrera de marchante de arte que su destino familiar señalaba ni cumplió los estándares que la sociedad de aquel entonces –guiada por los estándares morales de la revolución industrial– consideraba como los de éxito: no formó una familia, fue incapaz de mantenerse solo y tuvo serias dificultades para hacer amigos….